Con la nueva reforma fiscal de este año 2012, sobre la que ya hablaremos más adelante, el debate de la Seguridad Social y las pensiones ha vuelto a estar a pie de calle surgiendo preguntas del tipo: ¿Cómo soportará el Estado las pensiones si cada día la esperanza de vida es mayor? ¿Habrá en el futuro suficientes personas trabajando para pagar las pensiones? ¿El índice de natalidad actual es suficiente para sostener al sistema? ¿Se recortarán las pagas más altas para compensar?
Son preguntas que nos hacemos y que ni tan siquiera los gurús de economía se atreven a responder de forma absoluta. De todas formas, no ha de cundir el pánico, tengamos muy claro que las pensiones, mientras continúe el sistema actual de Seguridad Social, siempre estarán garantizadas para todos aquellos que hayan contribuido al sistema, lo que se llama cotizar. La Seguridad Social es un sistema solidario, en el cual los que hoy aportan serán los que reciban mañana y así sucesivamente, por lo que mientras haya personas trabajando habrá pensiones.
Ahora bien, que las pensiones no corran peligro, no significa que con ellas se cubran todas las necesidades económicas de las personas jubiladas. Tengamos en cuenta que actualmente la media de pensión que cobra un jubilado en España está en torno a los 800 €, pero ¿alguien sigue pensando que nuestros jubilados son iguales que los de hace 20 ó 30 años? La respuesta es NO. Los jubilados actuales consumen, viajan, tienen aficiones que les cuestan dinero e incluso algunos tienen a sus hijos dependiendo de ellos. Si esto ocurre actualmente, imaginemos cómo serán los jubilados dentro de 25 ó 30 años. Serán personas que han vivido en un mundo en el que el ocio ha sido muy importante en sus vidas y que precisamente, al jubilarse tendrán más tiempo que nunca para disfrutar de él.
Ese es el motivo principal por el que una persona ha de empezar a ahorrar para su jubilación desde el primer momento que empieza a trabajar, ya sea a través de un plan de ahorro o de un plan de pensiones. Ahorrar para el futuro es lo mejor que puede hacer alguien por sí mismo, porque NOS JUBILAMOS DE TRABAJAR, NO DE VIVIR.