La póliza de decesos o defunción, es uno de los seguros más extendidos en España. Se estima que algo más de la mitad de la población la tiene contratada, y es que históricamente este seguro se comercializó de forma masiva casa por casa desde mediados de siglo XX, haciéndose clásica la figura de la persona que iba mes a mes cobrando la cuota (prima) del seguro, el conocido popularmente como «hombre de los muertos».
Sin embargo, con el paso del tiempo, y debido a la gran competencia que empezó a existir entre las compañías por conseguir aumentar sus asegurados, la póliza de decesos evolucionó hasta convertirse hoy en día en una póliza que tiene muchos más servicios cubiertos además del entierro.
Hoy en día, la mayoría de las compañías han ampliado las coberturas hasta convertirlas en pólizas de asistencia general para los asegurados, cubriendo por ejemplo todo tipo de percances en un viaje de los integrantes de la póliza, como puedan ser gastos médicos, gastos de hospedaje por urgencias, pérdida de maletas … y todo ello con un ¡¡ámbito mundial!! Las pólizas de decesos además, tienen por norma general, acceso a cuadros médicos con precios concertados e incluyen también el seguro dental a todos los asegurados. Así mismo, de forma opcional y por un poco más de dinero, cubren capitales por fallecimiento e incapacidades por accidente, o una indemnización diaria en caso de hospitalización de algún asegurado. ¡¡Hasta se puede contratar un profesor privado para los menores en edad escolar que estén incapacitados para asistir al colegio!!
En definitiva las pólizas de decesos son de lo más recomendable tanto para la unidad familiar, como para personas que quieran tenerla de forma individual, ya que debido a la gran competencia que hay entre las aseguradoras, las primas suelen ser muy bajas, por norma general, entre 30 y 60 € al año por persona.